El arquero brasileño, de último paso por el Segovia de España, dialogó en exclusiva con Cuna del Futsal sobre su dura infancia en las favelas de San Pablo, el desafío de convertirse en jugador profesional y el futsal en Brasil
Persevera y triunfarás, así dice el dicho. En el caso de Thiago Soares Fernandes, eso se cumplió. El arquero brasileño, nacido en 1989 en San Pablo, se crió en las favelas (establecimientos precarios, similares a las villas en Argentina), donde pasó una infancia muy dura, teniendo que elegir entre comer o pagarse el transporte para ir a entrenar. Pero con mucho sacrificio llegó a ser jugador profesional y hace tres años que está en Europa.
El goleiro, que viene de jugar en el Segovia de España, y aún no tiene club nuevo, habló de todo en una extensa charla con Cuna del Futsal, desde su cruda niñez hasta su futuro como posible entrenador de arqueros.
Tuviste una infancia muy dura, ¿cómo hacías para ir a la escuela y entrenar?
Mis padres siempre trabajaron mucho y hacían de todo lo posible para ayudarme, pero hubo veces que tuve que elegir entre comprar comida en la escuela o utilizar el dinero para ir a entrenar. Claro por mi sueño dejaba de comer en la escuela para pagar el bus para entrenar, como también a veces tuve que ir caminando una, dos o más horas. Pero todo eso valió la pena, gracias a Dios.
Sos muy creyente, ¿cuánto pensás que tiene que ver tu fe con tu carrera deportiva?
Creo que tiene que ver en todo, si no fuese mi fe no tendría fuerzas para llegar a donde llegué y pasar por encima todas las dificultades. Sin mi fe no soy nada.
Este año sufriste una pérdida muy importante en tu vida, ¿cómo se le hace frente a esos momentos negativos para seguir en una cancha?
Fue el año más difícil de mi vida con el fallecimiento de mi papá, pero por él encontré fuerzas para volver a jugar, porque él miraba los partidos por su teléfono o por la tele y estaba muy orgulloso de mí. Cada día que salía a la calle utilizaba una camiseta de un equipo que yo jugué (risas). Siempre fue y será mi ídolo. Sé que desde arriba él sigue a mi lado y seguiré luchando por él.
Tenés un estilo particular como arquero, festejás las atajadas y hasta ponés la cara para salvar el arco. ¿Siempre fuiste así?
Sí, desde pequeñito me gusta festejar las atajadas, pues mi estilo es siempre estar metido en los partidos al 100 %. Creo que eso muestra un poco mi vida fuera de la cancha, siempre luchando todos los días.
¿Fuiste alguna vez convocado a la Selección de Brasil?
Fui convocado en 2015 para la Selección de fútbol sala de Brasil para jugar el Mundial en Bielorrusia, pero una semana antes tuve una lesión en la rodilla y no pude jugar, desafortunadamente. Pero sigo trabajando mucho para ir a una convocatoria un día.
¿Cómo es el futsal en Brasil? ¿Está bien organizado y los equipos son competitivos?
Para mí las mejores ligas de futsal son de las España y Brasil. Pero Brasil tiene que mejorar profesionalmente todavía, aunque es una liga es muy difícil de jugar, donde hay grandes equipos y de mucha calidad.
¿Te costó adaptarte al futsal de España?
La verdad que no, mi estilo de juego creo que facilitó un poco las cosas. En España hay un estilo de juego intenso y así me gusta, con pabellones siempre llenos y mucha gente. Así es maravilloso jugar.
No lograron mantener al Segovia en primera, ¿qué les faltó para quedarse?
Para mí y para mis compañeros está claro, nos faltó cobrar al día. Estuvimos muchos meses sin cobrar y eso afecta en lo deportivo. Igualmente llegamos hasta el final con posibilidades, y se formó un grupo de jugadores que merecen respeto por todo.
Fuente: cunadelfutsal.com